Síndrome del arnés y los riesgos laborales

Síndrome del arnés

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Riesgos del trabajo en altura

El principal riesgo de los trabajos en altura es la caída a distinto nivel, que puede poner en riesgo la salud y seguridad de los trabajadores. Para ello, se utilizan equipos de protección individual como el arnés, imprescindible para la sujeción evitando el impacto contra la superficie.

Sin embargo, el arnés también puede provocar otra de las circunstancias más peligrosas del trabajo en altura: el síndrome del arnés.

¿Qué es el síndrome del arnés?

El síndrome del arnés, también conocido como shock orostático o trauma por suspensión, es una situación producida por la presión que el arnés ejerce en las extremidades.

Si bien es un equipo indispensable para la seguridad de los trabajadores, el mal uso o colocación del arnés puede suponer graves problemas de circulación, incluso provocar la muerte.

Este shock puede aparecer en el momento en que la persona queda suspendida en una posición inmóvil o inerte, provocando la acumulación de sangre en las piernas por fallo del retorno venoso. En esta situación, las correas del arnés actúan como torniquete en brazos y piernas impidiendo el flujo natural de la sangre.

síndrome del arnés
Tras quedar suspendido en una posición inmóvil o inerte, las tiras del arnés ejercen presión sobre las extremidades actuando como un torniquete.

Inmovilidad y suspensión

La fase de suspensión puede llegar a ser rápida y potencialmente peligrosa, sobre todo si la persona queda inconsciente o inmóvil.

Cuando las piernas quedan suspendidas por debajo del nivel del tórax, la presión de las correas del arnés sobre las extremidades es mayor. Si la persona está consciente, es importante que mueva piernas y brazos e intente colocar los pies a la altura del cuerpo.

 

Síntomas del síndrome del arnés

Los síntomas pueden empezar a aparecer en los primeros cinco minutos de quedar suspendidos, sin haber indicios premonitorios que avisen del shock. Una vez se manifiesta es vital actuar de inmediato.

El bloqueo de las correas provoca un menor riego de sangre para que el corazón pueda mantener la oxigenación de los órganos vitales. Por ese motivo, se puede perder rápidamente la consciencia.

Los síntomas más comunes suelen ser el entumecimiento de piernas y pies, seguido de náuseas, taquicardias, dolor intenso, sensación de asfixia, hipertensión, o disminución del nivel de consciencia. Si la persona queda inconsciente, el riesgo de muerte es mayor, pues no puede hacer nada para evitar la presión que ejerce el arnés sobre sus extremidades.

 

Rescate y cuidados

El rescate ante este tipo de situaciones es complejo, y necesitará aplicar medidas de soporte vital y posteriores cuidados intensivos.

Ante un caso de suspensión, hay que seguir los principios de proteger, avisar y socorrer (PAS). Primero, protegerse a uno mismo en el entorno de rescate; después, avisar a emergencias para que acuda un profesional lo más rápidamente posible; por último, socorrer en la medida de lo posible al afectado. Si este sigue consciente, hay que animarlo a mover las extremidades y hacer uso de elementos como la cinta antitrauma o la silla.

Las cintas antitrauma van conectadas al arnés para colocar los pies en una posición más elevada; de esta manera se puede liberar el peso de las extremidades inferiores previniendo el síndrome del arnés. Por otro lado, la silla es otra herramienta que también disminuye los síntomas derivados de la falta de circulación de sangre.

En el momento de rescatar a la víctima, hay que tener en cuenta dos factores: evitar la caída en distinto nivel y minimizar el tiempo de suspensión.

Una vez se ha descendido a la persona, no puede colocarse en posición horizontal. Esto puede causar un síndrome de reflujo y provocar daños en órganos vitales como el cerebro, riñones o corazón al fluir toda la sangre sin oxígeno de golpe al resto del cuerpo.

El fallecimiento puede producirse después del rescate si la sangre vuelve a circular de manera intensiva y sin oxigeno a otros órganos del cuerpo.

 

Plan de prevención

Para prevenir este tipo de situaciones, es necesario contar con un plan de trabajo adecuado y un plan de emergencias simulado. La formación y el entrenamiento en técnicas de rescate por parte de los trabajadores es vital para salvar la vida de sus compañeros en tales circunstancias.

Además, el arnés integral debe ser un equipo de protección adecuado a la talla y peso de cada trabajador, quien lo ha de llevar bien ajustado, ni demasiado apretado, ni suelto.

Una vez ocurre la suspensión, el trabajador debería intentar mover las piernas o mantener las rodillas dobladas, y mantenerse en una posición semi horizontal para evitar que las tiras del arnés ejerzan la presión que bloquee el paso de la sangre.

Cuando es rescatado, debe mantener una posición que le ayude a recuperarse, evitando que la sangre vuelva de golpe a los órganos vitales, siguiendo las instrucciones del personal especializado en el rescate.

 

Un buen plan de prevención planificado y conocido por todos los trabajadores, así como el uso de los equipos de protección individual correctos y adaptados a cada empleado, puede salvar la vida de los trabajadores en altura.

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